lunes, 12 de enero de 2015

Superinsulto

—¡Yo seré sudaca y mis ancestros habrán limpiado los surullos de Pedro de Valdivia, pero vo’ con tu metro y medio estay dá pa chupar el pico parada, maraca y la conchetumadre!

sábado, 3 de enero de 2015

Nos vemos el 15!

El 15 de enero empieza la segunda temporada, o eso pretendo!
Ibizo + Pepi en Córdoba, ¿Qué creen que pasará? ¿Aparecerá el Español? ¿Qué onda el viaje en avión con el Zorrón?

No olviden que mis ÚNICAS páginas oficiales son:

Facebook: www.facebook.com/soypepi
Twitter: www.twitter.com/pepilafea
También pueden seguirme en mi perfil www.facebook.com/joseodora

martes, 18 de noviembre de 2014

Anécdota: #darks #indigentes #CajóndelMaipo




Hace unos años iba a ir a viña con una amiga, que es mega darks, pero estábamos muy pobres así que solo pudimos ir a darnos unas vueltas al parque forestal, que es parecido. Estábamos en esa cuando ella me pregunta si acaso había fumado marihuana alguna vez y le dije que no. Quedo pa la cagá, me dijo weonaa, imposible, así que seguimos conversando un rato cuando en esa ve pasar a dos indigentes rancios a cagar, con el pelo lleno de rastas como de poto de cordero magallánico.
-No weona, no podís! -le dije, al ver que se estaba parando para hablarles. No me pescó. Habló con ellos y en una veo que uno de los indigentes saca una bolsita desde dentro de su calcetín y se pone a armar un pito. Hasta lamió el papel po weón.
-Ya Pepi -me dijo, cuando volvió con la weá en la mano (le pasó luca al viejo)-. Esta noche pasarás de la adolescencia a la adultez.
-Ni cagando voy a fumarme los hongos de las patas de un indigente.
Seguimos hablando y discutiendo y no sé como chucha quedamos de acuerdo en ir inmediatamente al cajón del maipo a acampar. No cachábamos nada, pasamos a su casa a buscar una carpa y nos fuimos a la vida no mas.
Yo no fumo, pero ella pasó a un negocio a comprar cigarros y una vela suelta, y una botella de ron y de coca cola y algunas otras cosas para picar, hasta una casata de piña xd. El negocio quedaba en el camino y era bien rancio. Nos regalaron un mapa todo piñufla que con cuea pudimos interpretar y como nos bajamos demasiado pronto del bus, tuvimos que caminar más que Frodo, como weonas preguntándole a todo el mundo cómo llegar a algún camping.
Llegamos a la chucha a pata y tuvimos que devolvernos porque los camping eran cada vez mas caros. Doblamos por un camino que era mas solo que la cresta y pasamos a una chacra a preguntar donde chucha estábamos.
En la chacra había un viejo entero trucha, era muy perturbador porque no sabía a qué ojo mirarlo, y mas encima tenía en su mano una weá que era como la hoz de la muerte xd nos dijo que había un camping que se llamaba El Toyo y que valía 2 lucas.
Llegamos al camping a la hora del pico, nos quedaba como 45 minutos de luz. Armamos la carpa en una ladera porque no había donde más hacerlo, y más encima la weá no tenía estacas así que le pusimos unos camotes en los extremos para afirmarla y que no se volara xd
Se hizo de noche y estábamos cagás de frío, se nos ocurrió instalarnos en la orilla del río y el ruido era impresionante, mas encima no veíamos ni una mierda, así que fuimos a buscar algo para encender una fogata. Llegamos con ramitas y cactus que fue lo único que pillamos y no se encendían. Le tiré ron a ver si así prendía y no pasó ná (la mitad de la botella xd). Me rendí y tomé mi cuaderno de circuitos electrónicos, saqué unas hojitas, las prendí, y nada. Al final tiré el cuaderno completo y nada. Y así cayó la noche y no pudimos encender ni una weá de fogata.
No nos quedó otra que prender la vela y a los cinco minutos empezaron a llegar puros bichos mutantes. No había nadie mas en el camping porque era pleno invierno y nos congelábamos y nos llenábamos de zancudos y otros bichos raros. Entonces mi amiga va y saca el pito que le había comprado a los indigentes, lo prendió y empezó a fumar.
-Oh conchesumadre, el toque final de esta travesía de mierda era que te fumarai los parásitos del indigente -dije. Y puta, al final webeó tanto que lo probé y weón, les juro, era como el sabor a caca de gallina. Nunca he probado caca de gallina, pero yo sabía que ese era el sabor, y quería estornudar y me picaba la garganta y la nariz, y al rarito empecé a sentir que se me dormía el cuerpo y me quedé pegada mirando cómo los bichos aweonaos se pegaban a la vela y se quemaban.
-Hay que poner música -me dijo mi amiga, pero ella había dejado su celu en su casa y mi cel era una weá del año uno que lo único que tenía eran ringtones monofónicos. Y ahí estábamos, cagás de frío escuchando ringtones de un celular penca, pensando que en cualquier momento nos saldría un violador entre los matorrales o peor aún, un extraterrestre.
Después de un rato no aguantamos el frío y entramos a la carpa, donde con las patas di vuelta un vaso de bebida. Ahí cachamos que el fondo de la carpa estaba todo pegoteao y rancio y era porque el helado de piña se había derretido y como la weá estaba en pendiente, se fue todo hacia las patas.
Y así nos quedamos dormidas, con las patas mojás, pegajosas, llenas de bichos, volás con hongos de indigente. Al otro día desperté como a las 5 de la mañana del puro dolor de weás incrustadas en mis vértebras, jurando nunca jamás en la vida caer de nuevo en el flagelo de la droga.